Construida en 1970 dentro del área protegida del distrito histórico de Puerto Vallarta, esta casa se ha convertido en un icono local. Se destaca por su singular torre y su fachada de piedra, que contrasta con la típica arquitectura blanca colonial tropical de la zona. A lo largo de los años, ha cambiado de propietarios en varias ocasiones. Los residentes actuales decidieron renovar la casa sin perder su estilo ecléctico original. Comenzaron por los jardines y los dos primeros niveles, mientras que el tercer nivel fue demolido. Este último albergaba un estudio independiente de escaso valor arquitectónico, que solo se podía acceder a través de la torre.
Entonces, se comenzó la construcción de un amplio ático que incluyera una sala, una oficina, un vestidor, un baño, un patio y una terraza. Era importante que este ático tuviera acceso desde el interior de la casa, sin tener que pasar por la torre. El cliente, un francés que se sentía fuera de lugar en Vallarta, quería que la casa se destacara del entorno con la adición de un OVNI en el techo. Sin embargo, se le explicó que la comunidad local aún no estaba lista para algo tan extravagante. En su lugar, se le sugirió utilizar formas dinámicas y materiales locales para integrar el edificio con la imagen urbana. Pensamos que la dinámica podría lograrse desafiando la gravedad, ya sea mediante amplios espacios abiertos, voladizos, techos alargados o elementos oblicuos que crearan tensión visual.
El tejado, siendo un componente fundamental, necesitaba ser lo suficientemente amplio para destacarse visualmente en el entorno sin eclipsar la presencia de la torre. Los cortes angulares en el diseño del tejado, junto con la inclinación en dirección opuesta a la convencional, fortalecieron esta conexión. La inclinación inversa del tejado permite que los transeúntes en la calle vean un techo de arcilla tradicional, mientras que los vecinos en la colina tienen una vista de tejas pentagonales.
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El exterior del edificio se presenta como una caja blanca con aberturas en las paredes y el techo, permitiendo vistas al cielo y a la vegetación. Estas aberturas se utilizan para crear elementos suspendidos, como las encimeras de mármol de los lavabos y las cajas de luz de los botiquines, que también sirven como espejos en el área del vestidor.
La misma estructura blanca se extiende hacia el mar, donde el techo plano se eleva gradualmente formando un segundo techo paralelo al de tejas, creando dos triángulos blancos entre el muro central acanalado. Estos triángulos se encuentran entre el dormitorio y el salón, fusionando el techo de tejas en el interior con el techo blanco en el exterior.
La escalera recién construida es una estructura de acero suspendida, fijada entre las dos ventanas del techo, con escalones de madera maciza de parotta que parecen flotar. Al servir como enlace e integración entre la casa original y el nuevo ático, los materiales utilizados transmiten este mensaje de unión.
Consideran que esta extensión de la casa es un indicio del futuro de la arquitectura local, manteniendo el respeto por la estética urbana pero mostrando valentía para influir en la transformación de la ciudad. Observar a la gente pasar desde la terraza, detenerse en su camino y señalar hacia arriba con una sonrisa al ver lo que hay, les hace creer que han impactado positivamente a alguien.
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Fuente: archello.com
