Espacios que Resaltan el Entorno Natural

Casas bonitas, este proyecto se basa en comprender el sitio como una oportunidad para crear un lugar único.

La intención de este proyecto se basa en comprender el sitio como una oportunidad para crear un lugar único, viendo la casa no como un objeto aislado, sino como una herramienta para revelar las manifestaciones naturales del entorno. Se priorizó la disposición de los espacios exteriores, estableciendo recorridos que generen áreas de contemplación y transiciones fluidas entre lo abierto y lo interior. Así, no hay un frente o un lado posterior, activando la vivencia en todo el predio.

Se concibieron tres tipos de espacios exteriores o jardines. El primero es un jardín abierto y sin obstáculos que se extiende desde la zona de estar hasta el océano, representando la duna natural. En los linderos laterales, un colchón verde de follaje denso formado por especies de selva tropical local asegura la privacidad. El corazón del proyecto es un jardín botánico de carácter desértico, con especies endémicas cuidadosamente elegidas y ubicadas para acompañar los recorridos entre los pabellones. Agaves, cactus, nopales, bromelias y árboles como el pochote, copal y guayacán muestran su ciclo de vida a través de su florecimiento y cambio de texturas.

La arquitectura de los pabellones refleja la artesanía oaxaqueña, utilizando materiales locales y sistemas constructivos sencillos pero expresivos. Los espacios habitables están delimitados por sólidos de mampostería sobre un basamento de concreto aparente que establece una línea horizontal en todo el proyecto. Los volúmenes y muros de piedra se conectan visualmente con el entorno, mientras que las técnicas tradicionales de palapas de madera y palma cubren los espacios intermedios. Celosías de madera completan los pabellones hacia el jardín botánico, formando terrazas privadas. El diseño tectónico comunica un anclaje al suelo que asciende con aristas definidas y se disuelve suavemente hacia el cielo con las palmas de las palapas.

El conjunto de pabellones crea un ritmo visual que resalta los efectos cambiantes de luz y sombra. Concreto, piedra y madera están articulados por vacíos y juntas que enfatizan la conexión entre materiales. El pabellón central, o umbral de permanencia, alberga los espacios de estar y vida social, actuando como la sombra principal y conectando visualmente con la duna y el jardín botánico. Funciona como una gran ventana que enmarca el horizonte del océano Pacífico al poniente y la sierra oaxaqueña al oriente, vinculando el proyecto con su contexto inmediato y lejano.

Finalmente, el proyecto incluye intersticios o espacios entre los pabellones que invitan a la contemplación, con umbrales de acceso a las habitaciones que mapean la luz a través de un óculo en la losa de concreto. Estos elementos crean una experiencia rica en sensaciones y una conexión armoniosa con la naturaleza.

 

Fuente: archello.mx

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Estudio Lofft