Casa Leria se sitúa en un terreno con vistas al mar, ubicado en el municipio El Tomatal, Puerto Escondido, Oaxaca. Se presenta con un extenso conjunto de espacios diseñados para satisfacer las necesidades de uso y estancia de la familia.

El desafío y los objetivos consistían en desarrollar el proyecto de manera que no resultara invasivo, más allá del volumen necesario, y lograr que se integrara de forma discreta entre la vegetación existente. A partir de esta premisa, se decidió descomponer toda la masa de metros cuadrados distribuidos en ocho módulos, que albergarían la palapa, la piscina, la cocina, las demás habitaciones, la torre social, el área para el personal y el estacionamiento.

De este modo, al aislar constructivamente los módulos entre sí, se lograría tener componentes parciales conectados únicamente por puentes de circulación, lo que generaría un impacto mínimo en el terreno.

El área social se encuentra bajo una estructura de madera de grandes dimensiones. Se optó por alterar los patrones convencionales de la típica «Palapa» y llevarlos al extremo en cuanto a longitud, anchura y pendientes, lo que permitió crear una pieza especial y única que definiría el carácter de la casa.

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Siguiendo esta idea, se rotó la estructura cuarenta y cinco grados hacia el este, con el propósito de romper la línea de visión paralela al mar y, al mismo tiempo, abrir y airear la parte trasera del terreno. Esta orientación crearía un espacio central ventilado y visualmente abierto entre las áreas sociales y los módulos de las habitaciones.

Además, se sugirió que toda el área de suelo afectada por la construcción fuera trasladada a los techos de cada módulo. Esto permitiría restituir la vegetación en el área intervenida, lo que también serviría como protección climática para los interiores de los espacios.

El resultado de esta residencia refleja el esfuerzo constante desde el inicio hasta el final del proyecto, buscando integrar de manera armoniosa una construcción de 1,100 m² en un terreno de 3,500 m². A través de recorridos llenos de experiencias sensoriales, la casa se fusiona con el entorno, ocultando su escala y densidad en el paisaje.

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Fuente: www.archdaily.mx