La Casa en los Cocos se encuentra al sur del centro histórico de Mérida, en Yucatán, México. El diseño de este proyecto se inspira en las dimensiones naturales del terreno, que abarca 70 metros de longitud por 8 metros de ancho.
La estrechez del terreno genera un marcado efecto de perspectiva al ingresar al lugar. El proyecto aborda esta vista atravesándola de un extremo al otro, dando forma a esta perspectiva al canalizar el agua y permitiéndole fluir por toda la vivienda.
La propuesta implica una secuencia de estructuras separadas, que encuentran su inspiración en la arquitectura prehispánica. Estas edificaciones están dispuestas alrededor de un espejo de agua y una piscina. Dos de estos pabellones, destinados a dormitorios y acompañados por sus propios jardines privados, están ubicados a cada lado de este enfoque, con el propósito de formar un amplio espacio central resguardado.
La Casa en los Cocos tiene como objetivo crear una profunda sensación de interioridad en el entorno exterior, de manera que el jardín envuelva a las personas y a todos los espacios del proyecto. El pabellón central destinado a la sala de estar, que constituye la parte social de la casa, parece suspenderse sobre este jardín amplio y abierto, permitiendo que la brisa fluya a través de él.
La Casa en los Cocos se organiza alrededor de un espacio vacío central, que adquiere una relevancia igual a la de sus estructuras construidas. Esta distinción entre áreas abiertas y cerradas también establece la división entre las partes públicas y privadas de la casa. Este espacio central abierto actúa como un ágora, conectando todas las áreas privadas entre sí, y representa el núcleo del proyecto, donde la vida social converge.
Comenzando con las dimensiones del terreno como base de diseño y al crear este espacio central íntimo tipo ágora, se logra que toda la planta baja, junto con su jardín, se transforme en una amplia área para caminar. La necesidad de una fachada desaparece, ya que el jardín se convierte en el espacio de estar principal, invitando a las personas a disfrutar de un tranquilo paseo meditativo.
El proyecto elimina lo superfluo para enfocarse únicamente en los elementos esenciales, orientándose hacia la simplicidad. Esta búsqueda de simplicidad está conduciendo el diseño hacia una arquitectura depurada y abstracta, construida completamente con materiales sólidos como concreto, madera y piedra. Estos materiales tienen la capacidad de envejecer y mejorar su apariencia con el paso del tiempo en lugar de deteriorarse.
La noción del tiempo se incorpora al diseño arquitectónico. El tiempo se considera como un elemento material, siguiendo la intención de retroceder en esta antigua y sencilla idea para permitir que la «huella del tiempo» sea parte integral del proyecto.
Fuente: glocal.mx