En un pueblo de Paredes, a orillas del río Támega, la Casa da Levada se integra en el paisaje como si hubiera sido esculpida por los elementos. El diseño emula la acción del agua sobre la tierra, creando una arquitectura que parece una extensión natural del terreno.

Narrativa de agua y piedra
El acceso a la casa es un surco pavimentado que conduce a una «falla tectónica» entre los volúmenes sociales y privados, desembocando en un patio central. Abrazado por la construcción, este patio evoca la idea de una ruina contemporánea, con aleros que enmarcan el paisaje y ventanas integradas en muros masivos que enfatizan una estética austera y atemporal.

Sostenibilidad material e integración
La sostenibilidad es central en el proyecto. Los muros se revistieron con paneles de corcho, un material natural que envejecerá adquiriendo el tono del granito local, mimetizándose con el entorno. La base de granito y la reutilización de piedra de las ruinas existentes reflejan un compromiso con los materiales autóctonos y la economía circular.

Estrategias bioclimáticas
Una cubierta verde extiende el terreno sobre la casa, mejorando el aislamiento térmico y la biodiversidad. La orientación, el sombreamiento y la ventilación cruzada natural optimizan el confort de forma pasiva. Estos sistemas se complementan con un suelo radiante y una ventilación mecánica con recuperación de calor, asegurando eficiencia energética y bienestar interior todo el año.
La Casa da Levada demuestra que la arquitectura puede ser un diálogo respetuoso con la naturaleza, donde la innovación sostenible y la poesía espacial coexisten en armonía.
Fuente: architizer.com