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DUE PIÚ DE NANDA VIGO: MINIMALISMO CON CARÁCTER
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La silla Due Più de Acerbis encarna esa cualidad tan italiana de hacer que la forma y la función conversen con naturalidad. Su estructura, definida por líneas puras y proporciones precisas, le da una presencia escultórica que no invade: propone. Fabricada con la impecable atención al detalle que distingue a Acerbis, combina materiales nobles y un acabado refinado que se percibe tanto al verla como al sentarse en ella.
Esta pieza tiene algo que pocas logran: se siente ligera, pero afirma carácter; es moderna, pero no fría; minimalista, sin caer en lo simple. Es el tipo de silla que transforma un espacio sin necesidad de estridencias, aportando una estética serena que se integra con interiores contemporáneos, creativos o de inspiración europea.
Para quien busca incorporar diseño auténtico y duradero a su entorno, la Due Più se vuelve una elección casi natural: discreta en su elegancia, precisa en su confort, y con una calidad silenciosa.
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Nació en Milán en 1936. Vive y trabaja entre Milán y África Oriental. En 1959 Vigo abre su propio estudio en Milán y comienza a exponer sus obras en galerías y museos de Europa e Italia.
En 1965 comisarió la mítica exposición “ZERO avantgarde” en el estudio de Lucio Fontana en Milán. Vigo opera en su actividad con una relación interdisciplinar entre el arte, el diseño, la arquitectura y el medio ambiente y se involucra en múltiples proyectos, tanto en su calidad de arquitecto, diseñador y artista.
La atención e investigación del arte la empuja a abrir colaboraciones con las personalidades más significativas de nuestro tiempo y a emprender siempre proyectos orientados a la puesta en valor del arte.
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Museo de Arte Contemporáneo de Suzhou
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El nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Suzhou, diseñado por Bjarke Ingels Group, se posiciona como una obra emblemática que dialoga con la herencia arquitectónica china. Su diseño se inspira en los jardines tradicionales de Suzhou, reinterpretando el clásico corredor lang en una circulación fluida que conecta todo el complejo. El proyecto organiza doce pabellones interconectados mediante un techo continuo de curvas suaves. Esta “quinta fachada” ondulante recuerda los aleros tradicionales, aportando identidad visual y coherencia espacial al museo. Vidrio curvo, acero inoxidable cálido y transparencias estratégicas permiten que el edificio refleje el cielo y el lago, integrándose visualmente con el entorno. Cada superficie está pensada para capturar luz y movimiento, otorgando dinamismo a la experiencia arquitectónica.
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