IDENTIDAD ARQUITECTÓNICA EN SAN MIGUEL

San miguel, la Casa San Francisco toma como punto de partida la tradición

Ubicada en las afueras de San Miguel de Allende, México, la Casa San Francisco toma como punto de partida la tradición vinícola y el legado arquitectónico monástico de la región para crear un refugio contemporáneo que dialoga con su entorno.

Terroir arquitectónico: del cultivo a la construcción

Al igual que el “terroir” en la viticultura —donde clima, suelo y métodos humanos influencian el carácter del vino—, aquí el proyecto entiende que la arquitectura importada y los materiales locales crean una expresión única: la tradición europea del siglo XVI se replanta en un contexto mexicano, produciendo un lenguaje nuevo.

Volúmenes definidos, paisaje integrado

El diseño se organiza en cinco volúmenes separados que se abren hacia distintos jardines y viñedos. Un corredor transversal conecta los espacios y guía la experiencia arquitectónica: un acceso de doble altura marca el umbral entre exterior e interior, mientras que los espacios públicos (cocina, comedor, terraza, sala) se agrupan al oeste y las habitaciones privadas al este.

Materiales sobrios que envejecen con dignidad

Para transmitir la idea del paso del tiempo, se emplearon materiales duraderos y minimalistas: piedra local, mármol mexicano sin pulir, pintura de cal aplicada a mano. El resultado es un conjunto monocromático y monolítico que acepta la pátina del uso y del clima, más que intentar ocultarla.

Interiorismo contemplativo: luz, roble y silencio

En el interior, el mobiliario en roble y la iluminación que evoca la de los conventos del siglo XVI crean ambientes cálidos y sobrios. La luz natural juega un papel clave filtrándose por huecos precisos, haciendo del interior un espacio de calma, contemplación y vínculo con la naturaleza.

No solo habitar, sino envejecer con el lugar

La casa no busca únicamente ser un objeto terminado, sino más bien un escenario para el tiempo. Inspirándose en la frase de Luis Barragán “el tiempo también pinta”, el proyecto abraza la imperfección y el desgaste como parte de su carácter, permitiendo que el ambiente evolucione junto con sus habitantes y el paisaje.

Fuente: www.archdaily.mx

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