ENTRE NATURALEZA Y DISEÑO: KINEKI TEPOZTLÁN

kineki Tepoztlán no surge de una idea preconcebida

La mayoría de las veces, los arquitectos resolvemos problemas planteados por otros, desarrollando ideas sustentadas en premisas ajenas. En contraste, Kineki Tepoztlán no surge de una idea preconcebida, sino de una necesidad propia: la de un arquitecto que aspiraba a construir su propia casa de descanso con un presupuesto limitado.

Las tres preguntas esenciales: cómo, dónde y cuánto

Para hacer viable la experiencia de habitar el propio diseño, el equipo planteó tres dudas fundamentales:

  • ¿Cómo? Construyendo con materiales naturales, renovables, de bajo impacto y bajo costo. Se diseñó un sistema modular tipo “Lego”, que permite construir de forma flexible, adaptándose tanto al usuario como al sitio.
  • ¿Dónde? Buscaban una ubicación en contacto con la naturaleza, cerca de Ciudad de México. Tras explorar comunidades en Hidalgo, Puebla, Morelos y el Estado de México, el sitio elegido fue Tepoztlán, por su paisaje, accesibilidad y costos de terreno relativamente bajos.
  • ¿Cuánto? El sistema está pensado para reducir costos a través de su modularidad prefabricada y una construcción limpia. No requiere mano de obra altamente especializada, lo que ayuda a mantener el presupuesto bajo control.

Técnica modular: rapidez y eficiencia en la construcción

El sistema constructivo inicia con una losa simple de concreto como cimentación. Sobre ella, placas reciben crucetas metálicas —patentadas en forma de cruz— que aíslan la madera del suelo y soportan las columnas de cada módulo. Para evitar humedad, se integra una “coladera francesa” con grava que drena el agua subterránea lejos de la estructura.

Las columnas están numeradas según un sistema cartesiano y se ensamblan con trabes dispuestas como una telaraña, desde el perímetro hacia el centro. La base recibe triplay, que puede rematarse con porcelanato o madera laminada. Los muros se componen de barrotes de madera con aislamiento térmico, y las fachadas se revisten con duela tratada según la técnica japonesa Shou Sugi Ban, que carboniza la superficie para resistir agua y fuego. En el interior, los muros pueden revestirse con triplay de pino, dejándose natural o preparado para acabados decorativos.

Tres prototipos habitables: laboratorio vivo del sistema

Este proyecto actúa como laboratorio vivo para el sistema modular. Hasta ahora se han construido tres casas, que funcionan como espacios experimentales para seguir desarrollando la propuesta:

  • Casa 1: 450 m² totales distribuidos en 28 módulos. Incluye terrazas cubiertas, áreas comunes, dormitorios, baños, cocinas y circulaciones.
  • Casa 2: 150 m² en dos niveles con 8 módulos: en planta baja cocina, sala, baño y recámara; arriba dos habitaciones, baño y doble altura en sala.
  • Casa 3: en una sola planta, 140 m² con 6 módulos; integra sala, cocina con tapanco, dos baños, recámara principal y espacio para estudio o recámara secundaria.

Así, Kineki se mantiene como un sistema vivo, en constante evolución.

Madera como eje sustentable: conectando arquitectura y naturaleza

La madera es el material central del proyecto: ecológica, sostenible, reutilizable y reciclable, además de almacenar carbono. Este sistema permite una fusión armoniosa entre arquitectura y paisaje, proponiendo una forma de habitar que reconecta con el entorno, el tiempo y nuestros orígenes.

Fuente: arqa.com

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