Ubicado a orillas de un tranquilo lago en Belén de Escobar, cerca de Buenos Aires, el Club Social Riberas redefine el concepto de espacio comunitario. Diseñado por Estudio Ramos, este proyecto se aleja de los modelos convencionales para ofrecer una arquitectura que se integra armoniosamente con su entorno natural.
Una Forma que Emerje del Terreno
Lejos de erigir un edificio imponente junto al agua, los arquitectos optaron por una aproximación respetuosa con el paisaje. La estructura, de concreto, se despliega suavemente sobre el terreno, curvándose y fluyendo como una extensión del paisaje mismo. Elevando ligeramente la plataforma principal, se logran vistas panorámicas de dos lagos adyacentes, un raro privilegio en la topografía plana de Puertos.
Un Techo Vivo que Invita a la Interacción
Uno de los elementos más destacados del proyecto es su techo verde, que funciona tanto como paisaje como arquitectura. En lugar de colocarse sobre el edificio como un accesorio, el techo se integra al terreno, descendiendo en una rampa transitable. Este diseño disuelve la frontera entre lo natural y lo construido, invitando a las personas a interactuar con el espacio de manera intuitiva y lúdica.
Un Espacio que Fomenta la Conexión
El interior del clubhouse está diseñado para sentirse como una verdadera extensión del vecindario: flexible, cálido y lleno de luz natural. La disposición es clara y sin desorden, con una variedad de áreas de descanso. Al igual que el exterior, el interior es minimalista pero considerado, construido para apoyar tanto eventos planificados como interacciones espontáneas.
Un clubhouse integrado al terreno
El Club Social Riberas demuestra que la arquitectura no tiene que ser ruidosa para causar impacto. Al escuchar al terreno y responder a las necesidades reales de la comunidad, Estudio Ramos ha creado algo raro: un espacio que se siente inevitable, como si siempre hubiera estado allí.
Fuente: ad-c.org
