La Casa de Plata: rescatando el alma histórica

La Casa de Plata, ubicada en la plaza principal Masaryk de Jihlava

La Casa de Plata, ubicada en la plaza principal Masaryk de Jihlava, es un emblemático patrimonio arquitectónico bajo protección histórica. Ejemplo excepcional de la arquitectura burguesa local, destaca como una de las estructuras más refinadas de su tipo en el país. Su revitalización transformó el edificio en desuso en un espacio viable y abierto al público, devolviéndole no solo su esplendor original, sino también su papel como referente cultural en el corazón histórico de la ciudad.

Restituyendo el módulo original para garantizar su permanencia.

El Renacimiento definió el módulo estructural y el ritmo espacial (travée) de la casa. Las reformas burguesas de los siglos XVIII y XIX, aunque siguieron esta traza modular, lo hicieron de forma torpe, desdibujando la claridad compositiva original. La intervención contemporánea rescata esa planta universal primitiva —inherentemente flexible—, restituyendo su potencial para adaptarse a usos futuros y garantizando así la permanencia del edificio a través del tiempo

Un diálogo vertical entre épocas, funciones y materiales.

La Casa despliega su programa en una organización vertical claramente definida. Desde el sótano —que acoge una exposición de hallazgos arqueológicos del yacimiento— hasta las plantas superiores, cada nivel articula una función específica: centro de información y casa de té en entrada; salas de conciertos, salones históricos y sedes institucionales en los pisos superiores.

Este diseño a medida recupera la majestuosidad espacial y material original del edificio, al tiempo que incorpora nuevos usos con sensibilidad contemporánea. El resultado es una narrativa arquitectónica que entrelaza lo histórico y lo moderno, tanto en el interior como en el exterior, revelando el ritmo único de un diálogo entre épocas.

Elevar la historia: una solución técnica con alma clásica

La nueva cercha y claraboya horizontal resuelven los defectos estructurales de 1893, elevando sutilmente la cubierta original para separarla visualmente de la mampostería histórica. La solución reinterpreta el entablamento clásico: la claraboya asume el ritmo de metopas y triglifos, mientras lucernas discretas se integran en la cubierta plateada, uniendo precisión técnica y narrativa histórica.

Accesibilidad que descubre las capas de la historia.

El edificio es totalmente accesible, con un ascensor ubicado dentro de una cámara en el centro del diseño, seleccionada entre ocho posibles ubicaciones. Las paredes del hueco de la cámara se dejaron sin tratar, solo pigmentadas, ofreciendo una muestra histórica de las épocas de construcción durante el recorrido.

Una adición contemporánea que libera y conecta.

Hacia el jardín, un anexo cúbico de hormigón ennegrecido y una malla de acero inoxidable sustituye el antiguo ala del patio. Se trata de una adición cuidadosamente diseñada que reubica las áreas de servicio esenciales fuera de la estructura histórica. Alberga el jardín de invierno de la casa de té y una escalera donde se unen los edificios antiguo y nuevo, iluminada por una claraboya en el techo.

La honestidad de los materiales: tradición y modernidad.

La paleta de materiales es sencilla, con elementos tradicionales: superficies de yeso mineral con encalado, suelos de piedra, madera y terrazo cementicio, ventanas de madera en estilos históricos y modernos, cerchas de madera, techos de chapa metálica y hormigón en el anexo.

Fuente: www.archilovers.com

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Estudio Lofft